1 CV = 1 CV. ¿O no?
Estandarizar la potencia no es ninguna novedad. Se remonta a los tiempos de James Watt, que acuñó el término “caballo de vapor” en el siglo XVIII para expresar la potencia de su máquina de vapor. Desde entonces, la potencia se mide en CV o, en honor al inventor, en vatios. Esta unidad debería proporcionar la información necesaria. ¿O no?
Lo cierto es que depende siempre de lo que se mida y cómo se mida. El indicador más fiable del rendimiento de un sistema de propulsión es la potencia de propulsión, que expresa la potencia real que el motor suministra para propulsar una embarcación (considerando todas las pérdidas, también las de la hélice). En la construcción naval profesional, este indicador de rendimiento se viene utilizando desde hace prácticamente 100 años.
Para motores fueraborda de gasolina y motores fueraborda eléctricos convencionales no se suele indicar la potencia de propulsión, sino que se emplean otros indicadores menos concluyentes, como la potencia en el eje, el consumo en vatios o incluso el empuje estático.
Esto no supondría ningún problema si no se dieran grandes divergencias entre las distintas formas de indicar la potencia. Pero lo cierto es que dichos datos pueden diferir enormemente. Por ejemplo, la potencia de propulsión de un motor fueraborda de gasolina con una potencia en el eje (medida en el eje de la hélice) de 4 CV corresponde a tan sólo 1 CV. Por tanto, ¿cómo comparar el rendimiento de los distintos motores? Antes que nada, es preciso aclarar conceptos.
Ventaja para Torqeedo
En Torqeedo optimizamos continuamente la potencia de propulsión utilizando la tecnología más avanzada, por lo que nuestros productos ofrecen la mejor eficiencia global del mercado. Esto significa que todos y cada uno de los motores Torqeedo generan, a partir de la capacidad limitada de la batería, una potencia de propulsión mayor que otros motores fueraborda, lo que es de suma importancia para los motores eléctricos, ya que se traduce en más potencia y autonomía.
Potencia de motores fueraborda eléctricos y de gasolina, en comparación: equivalencia en CV de Torqeedo
El motivo es que los motores eléctricos son capaces de alcanzar la misma potencia de propulsión que los de combustión con una potencia en el eje considerablemente menor ya que pueden propulsar las hélices de forma más eficiente debido a que ofrecen una excelente curva del par motor: Por el contrario, en el caso de los motores eléctricos, se alcanzan valores elevados del par motor en un intervalo más amplio del régimen de giro (el diagrama refleja una curva más plana), por lo que son ideales para propulsar hélices con eficacia incluso en categorías bajas.
Esta cualidad permite a los motores eléctricos accionar las hélices –incluso en las gamas de potencia más bajas– de manera mucho más eficiente que los motores de combustión. Como consecuencia, es posible que el empuje de la hélice en las categorías bajas de CV de un fueraborda de Torqeedo sea el triple que el de un fueraborda de gasolina.
Para facilitar la comparación a los navegantes acostumbrados a las indicaciones de potencia de los motores fueraborda de gasolina (potencia en el eje), comparamos la potencia de propulsión de nuestros motores fueraborda con la de fuerabordas de gasolina. Si en las páginas siguientes se califica a un motor fueraborda de Torqeedo como equiparable a 3 CV, la potencia de propulsión de dicho motor equivale a la de un fueraborda de gasolina de 3 CV aunque el consumo en vatios y la potencia en el eje del motor eléctrico sean mucho más reducidos.
En la sección “Características técnicas” del anexo indicamos los datos de consumo en vatios, potencia de propulsión, eficiencia global, así como el fueraborda de gasolina equiparable para facilitarle la comparación de los distintos motores.
Sistema de propulsión y eficiencia global